martes, 29 de julio de 2014

Cresta del Alba o de los Quince Gendarmes

Zona: Pirineos - Benasque
Altura: 3.118 m
Orientación: Oeste
Grado: D (IV+)
Desnivel: 450 m
Material: cuerda simple de 30 m, friends hasta el #1,  aliens, piolet y crampones según condiciones
Aproximación: 3 horas desde Baños de Benasque
Fecha: 26.07.2014

Dedicado a Alba B., una pulsatilla alpina 

La cresta del Alba es una clásica del Pirineo, y también se la conoce por cresta de los Quince Gendarmes, denominación ésta acuñada por el gran Jean Arlaud, quien fue el primer ascensionista. Después de haberla escalado puedo decir que es de las mejores de cuantas he visitado en el Pirineo, con suficientes ingredientes atractivos: aproximación agradable, entorno solitario y salvaje, roca aceptable, mantenida y afilada, apenas hay tramos de paseo, final en un tresmil, y nombre precioso. Los tramos difíciles están concentrados en dos puntos: uno al principio, con unos pocos metros de IV+, y otro largo precioso ya casi al final, de unos 40 m, de IV+ también, ambos suficientemente protegidos y protegibles.


Mi compañera de cordada es Elisa, una asidua a montarse en las crestas conmigo. Después de cenar en Castejón de Sos, aparcamos y dormimos en el parking del balneario. Nuestra intención es aproximar por el valle del Alba, opción más corta que la del valle de Cregüeña. El despertador suena pronto, a las 5:00 h, y ya a las 5:30 h salimos con los frontales siguiendo el camino de la vía normal por los ibones, hasta la brecha inferior del Alba. Ya hará 5 horas que los primeros "runners" han salido en la ultracarrera de 100 km y no me cambio por ninguno de ellos.

El inicio de la aproximación es duro y solo hay que seguir las marcas del camino. Pronto llegamos a terreno más cómodo mientras las primeras luces iluminan el paisaje.


Al cabo de casi dos horas llegamos a los ibones de Alba y ya divisamos el perfil de la cresta, con el Pico del Alba a la izquierda


Poco a poco dejamos los ibones atrás. Ni rastro de nieve a estas alturas de temporada.

Al cabo de tres horas llegamos a la brecha, fácilmente localizable por una amplia chimenea a la entrada.


Nos encordamos nada más empezar. Los primeros metros sirven para coger confianza, pero el terreno es delicado y hacemos algunos largos.


Llegamos enseguida al primero de los tramos difíciles. Una bavaresa de IV+ protegida por un espit.



El terreno todavía guarda alguna sorpresa y nos encontramos con pasos puntuales comprometidos.


Después de tres horas llegamos a terreno más rápido y progresamos ya al ensamble de forma continuada. Algunos destrepes impresionan pero Elisa los resuelve sin ningún tipo de problema.



Vamos acumulando gendarmes, que no siempre se escalan directamente, sino que se bordean.




Un tramo muy afilado y Elisa me invita a la pose de rigor  para la foto. Estamos cogiendo velocidad y disfruto caminando por esta increíble dorsal forjada por glaciares pretéritos.



Llegamos al único rápel obligado de la cresta. Son 15 metros hasta una reunión que precede al otro tramo clave.



El largo es fácil pero espléndido. Una trepada de III+ al principio, luego una travesía aérea a la izquierda que nos conduce a un bello diedro vertical de IV+, protegido con un pitón y un friend abandonado. Después otra vez a la izquierda para llegar a una placa fina de III+ con un pitón. Como llevamos cuerda de 30 m pongo un tibloc y salimos al ensamble.





Ya hemos pasado lo más complicado y seguimos al ensamble disfrutando del paisaje. Llevamos unas 5 horas y parece que haremos un buen tiempo.


El último tramo delicado. Se accede por un pequeño espolón en equilibrio entre una laja y la pared de la izquierda, y se escala un tramo de III+ con roca a vigilar.




Ya sólo queda seguir el filo, con algún destrepe delicado y pasos puntuales de III.



Después de desencordarnos y caminar en los últimos metros, hacemos cima a las 15:30 h, después de 6 horas y media de escalada. Estamos solos y podemos disfrutar tranquilamente de una perspectiva diferente de la cresta.


Imagen de la brecha donde se ubica el rápel

Sólo nos queda descender por el camino normal del valle del Alba.


Un vivac de un gigante escondido ? ...

Última mirada a la cresta

Un abrazo a tod@s,
    Jose

lunes, 21 de julio de 2014

Pilar Sur a la Dent d'Orlu

Zona: Pirineos Ariege
Longitud: 1.640 m (1.270 m escalada + 370 m jardines)
Orientación: Sur
Grado: 6a+(V+) 
Equipamiento: totalmente equipada con bolts
Material: 10 cintas expres, algún friend para la cresta
Aproximación: 45 m 
Descenso: 3 horas o más
Fecha: 19.07.2014

El pilar Sur debe ser una de las vías más largas del Pirineo. Sus 34 largos de gneis exigen moverse con rapidez, tanto en la escalada como en las maniobras. A pesar de ser inevitablemente discontinua, posee largos de gran belleza, sobre todo los V+ y 6a. Encontré la vía en exceso equipada, pues muchas fisuras estaban desaprovechadas, lo que para mi impide que sea un "viote". Aún así, la magnitud del recorrido, la belleza del paisaje del Ariège, y un elevado compromiso en caso de retirada la hacen suficientemente interesante, y hacen también más digestivo el largo e incómodo descenso de más de tres horas. Adjunto el impecable croquis de Luichy, con alguna anotación personal. 


Mi compañero de viaje es mi hermano Alberto, con quien ya escalé otra vía en la cara Sur hará un par de años, la Josephine, bastante más fácil que la que tenemos delante. Como la actividad es larga, salimos el viernes por la tarde hacia Ax-les-Thermes y luego a Orlu, donde dormimos en la gîte, algo cara, unos 20 € por persona. El despertador suena pronto, a las 5:15 h, y vemos con decepción que ha caído una tormenta durante la noche. Aún así, esperamos que seque y empezamos el camino de subida a las 6:30. Éste se inicia algo antes del primer "passage canadien", a unos 10 minutos en coche partiendo de Orlu, y hay un hito evidente. 


Llevamos dos cuerdas de 50 m en vez de una simple de 40 m, porque queremos tener la posibilidad de bajar si está muy mojado. También un minijuego de friends para la cresta final, doce cintas exprés, y...litro y medio de agua por persona que nos parecerá irrisorio. 


La subida es dura, pero está perfectamente marcada con marcas rojas. Al cabo de media hora llegamos a una bifurcación, donde tomamos el camino de la derecha, y después de 15 minutos más llegamos a un rellano. Nuestra vía se inicia en un diedro y los parabolts son visibles. Afortunadamente la roca está seca y a las 7:30 empiezo a escalar.

El primer largo es sin duda el más duro, y cuesta entrarle estando frío. Es V+ mantenido y unos pasos 6a/6a+, pero que no son muy obligados. La roca de gneis es excelente y la vía ya solo empezar promete.

 
A continuación vienen tres largos de V+ y cuatro de V,  todos perfectamente protegidos, intercalados por un jardín. La temperatura al principio es suave, pero fuertes rachas de viento me obligan a agarrarme a la pared. 

 

 Después de otro jardín, se nos presenta el segundo largo de 6a. Es un bonito diedro, que continua en placa muy vertical y atlética, para acabar con unos pasos de fisura bastante obligados. Uno de los mejores largos de la vía. 

 

Ahora viene un largo fácil de V y una placa finísima de 6a+, que consigo encadenar. Llevamos ya 12 largos y 5 horas de escalada. El calor aprieta y el agua se va consumiendo, pero el entorno es fantástico. Las terrazas que nos encontramos están repletas de rododendros y otras plantas de flores diversas. 



Lo que sigue ahora es una larga trepada de unos 200 m, con tendencia a la izquierda, entre el II y el III, y que hacemos al ensamble, hasta llegar a un gran pino. 


Pino que marca la continuación de la vía

A la derecha del mismo empieza el largo 14, una espléndida placa fisurada de V+ con canto pequeño.

 

Luego otro largo de V+ y otro de 6a de placa muy fina en adherencia.



Los siguientes dos largos son de IV pero hay tanto rozamiento que decidimos no empalmar. 



Ya casi no me queda agua y los pies me rabian de dolor después de tantos metros con los gatos. Así que decido seguir escalando con las zapatillas, y escalamos los siguientes 4 largos al ensamble, con tres largos de IV y uno de V, saltándome parabolts para que me llegue el material. Queremos acabar cuanto antes, pues tenemos la garganta reseca y empiezo a soñar con vasos de limonada y cubitos flotando.

 
Acabando el ensamble

Tenemos ahora el largo 25 delante nuestro, el que nos da acceso a la Main, un gran gendarme en forma de mano y que está separado de la Dent por la Taillante, una arista afilada. Me pongo otra vez los pies de gato. El largo no tiene desperdicio, roca perfecta, en grado mantenido de V+/6a por un estético espolón, con ambiente...Es la guinda perfecta para la vía.



Pero la fiesta no ha acabado. Después de volver a calzarme las zapatillas, que ya no abandono, hacemos al ensamble los dos largos que nos llevan al inicio de la Taillante. Optamos por descender por la variante de IV, en vez de rapelar desde la Main, para ahorrar tiempo.
Llegando a la cima de la Main
  

 Seguimos al ensamble, caminando por un filo imposible, con más de 500 m a cada lado. La sensación de vacío es importante.

 
La Taillante, con la Main al fondo
  Ahora remontamos la canal que nos da acceso a la arista somital. Esta parte es quizás la más delicada, y hacemos uso de los friends. Hemos ganado tiempo con los ensambles y parece que llegaremos al coche de día. Unos 200 m más de arista de III y IV nos llevan a la cima de la Dent d'Orlu, a 2.200 m. 


 
Hemos tardado 10 horas y estamos realmente contentos. Los paisajes del Ariège nos envuelven, y sus densos bosques centenares de metros abajo nos llaman para volver a casa.


Es preciso bajar rápido e hidratarse cuanto antes. Descendemos por la vía normal hasta el collado y giramos a la derecha. Antes de encarar la cara Este, tomamos el sendero a la izquierda hacia la loma. Lo que parece un cómodo descenso se convierte en un subebaja que nos rompe el ritmo, un auténtico rompepiernas. Necesitamos descansar  a menudo. Pienso que si tuviese una bañera llena de agua me la bebería entera.
El perfil del Pilar Sur
 Al cabo de un rato empezamos a descender, pero pronto la maleza nos envuelve y bajamos entre arbustos de ginesta, brezo y otras plantas. De repente, un milagro. Oímos un arroyo. El agua corre limpia y apagamos nuestra sed rabiosa con tragos salvajes. 

Mi hermano Alberto, en la selva de bajada

Seguimos y al cabo de un rato llegamos a un bosque de hayas, y poco más tarde a un camino de bajada que se nos hace interminable. Después de casi tres horas y media de bajada, llegamos al coche pasadas la 21:30, con más de 15 horas de actividad a cuestas. 
Ha sido un largo, pero inolvidable día.

Un abrazo a tod@s,
   Jose