miércoles, 11 de junio de 2014

Serón-Millán al Mallo Pisón

Zona: Riglos
Longitud: 300 m
Orientación: Suroeste
Grado: 6b+(V+) 
Equipamiento: bastante equipada con bolts, espits, químicos, pitones y puentes de roca. Reuniones rapelables.
Material: 14 cintas expres y aliens, algún friend mediano.
Aproximación: 10 minutos
Fecha: 09.06.2014


Cualquier excusa es buena para volver a Riglos. El viento reinante en las Maladetas nos ha hecho desistir de nuestro intento a la Cresta del Alba, y Xavi Rodríguez y yo hemos bajado velozmente del vivac de Cregüeña a buscar refugio a menores altitudes, medio dormidos por una noche infernal. 
La alternativa es fácil y a hora y media de Benasque. Ya a las 16:00 h estamos en Riglos y escalamos Curruclillo, que la acabamos en 4 horas. Casi con frontal, y cansados de un día tan largo, llegamos al refugio a las 22:00 h. Mirando alternativas para el día siguiente, y viendo el calor sofocante que nos espera mañana, optamos por una de la superclásicas del macizo, la Serón-Millán al Mallo Pisón, que además le da la sombra por la mañana.


Se trata de una grandiosa ruta de 300 m que corta en dos la cara Sur del Pisón, y que fue abierta por una cordada de escaladores legendarios: Rafael Montaner, Ángel López "Cintero", Alberto Rabadá y Pepe Díaz,  los días 20, 21 y 22 de junio de 1957, en una época de cuerdas de cáñamo, zapatillas de esparto y caídas prohibidas. La vía hoy es de una dificultad obligada asequible, y consta de dos partes bien diferencias. 
Los primeros cinco largos, hasta casi el collado del Puro, conforman la parte más exigente de la ascensión. Muchas cordadas evitan esta entrada y optan por iniciarla por la normal del Puro y en el collado hacer una pequeña travesía hasta la R6 de la Serón. En mi opinión esta opción resta todo el carácter a la vía y nos perderemos lo mejor de la misma. En esta parte encontraremos básicamente una escalada de placa, con roca en ocasiones delicada, seguros algo alejados y dificultades mantenidas y nada regaladas.
La segunda parte, en cambio, se trata de una escalada básicamente en diedro y chimenea, muy bien protegida con químicos, y con dificultades no mantenidas y más suaves. Aún así, hay que estar suelto en chimenea, y en algun ocasión hay algún tramo expo. El último largo es posiblemente el mejor de la vía, un diedro vertical y protegido lo justo, para disfrutar de pasos técnicos y buena roca. Adjunto esta otra reseña que he encontrado con el equipamiento bastante exacto.


Así que, aunque cansados del día anterior, nos levantamos a una hora razonable, las 7:30. Aún así, nuestra lentitud en los preparativos  es elevada y no salimos del refugio hasta las 9:00.
A las 9:30 estamos a pie de vía, reconocible porque está al pie de un nicho y es visible un bolt a unos 6 metros.

El primer largo tiene poco equipamiento y la roca es delicada, y cuando quieres chapar el segundo bolt, caerse está prohibido, pues vas directo al suelo. Yo conseguí colocar el camalot 2# unos tres metros antes, el único friend grande que puse en el día. Después de una fácil travesía, la R está en un nicho.


Primera reunión en un confortable nicho
El segundo largo se inicia potente, 6a+?, y nosotros lo pasamos en A0. En la salida del desplome a Xavi se le escapa un bolo del pie. Alerta !...Arriba sigue difícil, muy vertical y con grado de V+ picantón, con alejes alegres. Cuando nos encontramos en la R cruzamos miradas. No estamos disfrutando, pero como es rapelable, comentamos que "hacia arriba" hasta que nos cansemos.

  

El tercer largo me toca. Intento relajarme, el grado es el mismo en todos los sitios, pienso, y este no pasa de V+ (qué fácil es autoengañarse...o  no). Pero poco a poco cojo confianza. Un  diedro delicado precede a una travesía. Aquí la roca ha mejorado ostensiblemente, pero me paro a descansar  en el último bolt, más por la tensión que por la dificultad en sí. Supongo que estamos pagando el esfuerzo de ayer.


Verticalidad
 Ahora le toca a Xavi, que arranca hacia un diedro desplomado, pero que acera sin manías (Xavi, dónde has dejado hoy tu filosofía friki ??). Más arriba, un 6b que también pasamos en A0. Pero nos hemos quitado el miedo y avanzamos más deprisa.

 

Ahora en el quinto largo ya disfruto de lo lindo. Un diedro muy elegante que se sube en oposición, y que al llegar al último pitón es precioso girar a la derecha para ir a nuestra R. Cuando llego veo el collado del Puro, que ya visité el año pasado escalando por la normal del mismo.

El mítico puro y su famoso bloque encajado

Xavi escala un largo de transición, pero de roca bastante rota, para acceder a la gran chimenea, que no abandonaremos ya hasta la cima. Decide montar R en una opcional. 
Un "puente de roca" de mi compañero !...ejem
 Ahora el séptimo largo es puro diedro-chimenea, y vamos encontrando químicos algo espaciados. Pero la dificultad no es mantenida, la roca es excelente y escalamos rápido. Una panza con pies patinosos, y con resbalón incluido, es el paso clave del largo.
   
Una cordada inglesa en la normal del puro...
El sol les sienta bien...creo...
Octavo largo, de IV+, para Xavi. Lo sube volando. Yo en cambio empiezo a arrastrarme incluso de segundo; estoy cansado, deshidratado, y la vía se me está haciendo larga. Un principio de llaga me azota el pie derecho, pero Xavi me comenta que esto se acaba. 


En el siguiente largo ya no sabemos bien donde estamos en el croquis, y creo que hacemos uno más de lo normal, corto, de unos 15 m . La tónica es la misma: chimenea, oposición, algún paso de empotramiento, químicos, puentes de roca...Hacemos pues dos largos en vez de uno.



El largo diez es precioso. Mis pies y piernas me duelen de tres días de máxima actividad (aproximaciones, vivacs, escaladas...), pero se me pasa cuando vuelvo a escalar de primero. La chimenea es elegante, y solo chapo los puentes de roca y químicos que encuentro, aún cuando los alejes son de casi 8 metros. Ya le tenemos cogida la medida a la vía y no hay quien nos pare. La chimenea acaba y una pequeña travesía a izquierda me lleva a una comodísima reunión, ya al sol de junio.



Xavi pues se queda el último largo, un excelso diedro a 300 m del suelo. La entrada al diedro es delicada. Un puente de roca protege el paso al diedro, luego un químico, y ya en oposición de forma elegante y totalmente en libre va progresando hasta que se acaba. Arriba unos metros de trámite y monta R en una sabina. Largo cinco estrellas y una guinda perfecta a una vía magnifica, abierta por escaladores legendarios en el mallo más legendario.




Peña Rueba, detrás del Mallo Firé
La bajada la realizamos por los rápeles del descenso normal del Mallo Pisón. Adjunto croquis del mismo.


Un abrazo a tod@s,
   Jose

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