domingo, 4 de agosto de 2013

Travesía Miage – Bionnassay – Mont Blanc

Vía: Travesía Miage - Bionnassay - Mont Blanc
Zona: Alpes Montblanc
Altura: 4.808 m
Dificultad: AD
Material: 5 cintas, friends medianos, semáforo aliens, 1 juego de fisureros, 1 cuerda simple de 30 m, 3 tornillos de hielo.
Fecha: 30.07.2013


Día de descanso en Chamonix. Amigos que se van, como mis compañeros de la ascensión al Cervino, donde de forma perfecta nos guió nuestro maestro Josep Escruela. Y un amigo que se queda, Jose Soler. De momento “sólo” tiene en el saco un viote en Envers des Aiguilles. Yo ya llevo varios éxitos y hay que ponerle la guinda al pastel.  Josep, que se vuelve a Barcelona, nos recomienda la travesía Domes de Miage-Bionnassay, de dificultad AD, una clásica que se convierte en perfecta si la complementas con la ascensión al Montblanc, y más todavía si bajas por la famosa ruta de los 4.000. Nuestro plan en principio será decidir en función de las fuerzas si nos bajamos después de l’Aiguille de  Bionnassay hacia Gouter, o continuamos a la cima del Gran Monarca de los Alpes.
El día antes ambos Jose’s hacemos todos los preparativos y diseñamos toda la planificación. Nuestra idea es ir muy ligeros. Para ello pensamos subir con una cuerda simple de 30 m, 5 cintas  express, 3 camalots medianos, el semáforo de aliens, un minijuego de fisureros, 3 tornillos de hielo y un piolet cada uno. Yo, además, solo llevare unos guantes medios y ni siquiera me subiré el primaloft, pues la previsión de la meteo es excelente.
El martes 30 a las 13:00 aparcamos el coche en Les Contamines a 1.100 m de altitud y emprendemos la subida al refugio de Conscrits, a 2.600 m. 



En esta parte del macizo no hay teleféricos y toda la aproximación hay que hacerla a pie. Las lluvias del día antes han dado paso a un cielo escasamente nublado, y el verdor del bosque se acentúa con el cielo azul. A mitad de camino pasamos por el refugio de Tre la Tete, y poco a poco el paisaje glaciar se va imponiendo. 




Vamos coincidiendo con diversos grupos que también van a intentar la misma actividad, todos ellos formados por un guía más su/s cliente/s. Uno de los grupos está formado por un matrimonio acompañado por dos jóvenes guías franceses muy simpáticos, con los que coincidiremos en los siguientes días. Quién dijo que los guías franceses eran antipáticos ?. A las 4 horas de marcha llegamos a Conscrits, un refugio supermoderno con todas las comodidades posibles, y que echaremos en falta al día siguiente.




Suena el despertador a las 3:30 h y ya a las 4:20 emprendemos la aproximación a la arista de les Domes de Miage. Hay unos 600 m de aproximación hasta la arista. Casi todos los grupos continúan recto hacia el glaciar para llegar al Col des Domes y hacer la arista al revés. Nosotros somos de los pocos que afrontamos la actividad en toda su magnitud, pues no solo llegaremos al Col, sino que continuaremos hasta la punta  3.673, para luego bajar al refugio Durier.



Ya al alba, hacia las 5:30, llegamos a la punta Conscrits, y poco después a la Aiguille de Berangere, a 3.425 m., todavía desencordados. 






Ahora el terreno es más delicado, y nos unimos a ese cordón umbilical entre alpinistas que es la cuerda, símbolo de compromiso, compañerismo y responsabilidad. Las vistas son impresionantes, y conforme progresamos por la arista, vamos encontrando las cordadas que realizan el itinerario al revés. Ésta es a veces muy estrecha y no caben 2 personas en la misma, con abismos de más de 500 m a ambos lados.





A las 9:00 llegamos a la punta 3.673 de les Domes de Miage, y toca el descenso al refugio Durier, ubicado en el Col de Miage, entre les Domes de Miage y la Aiguille de Bionnassay. 




Pronto encontramos 2 cordadas jóvenes que están abriendo huella, pues la traza se borró con la nevada de anteayer. El terreno ahora es mixto y demanda precaución, con pasos de III muy aéreos. Al rato adelantamos a ambas cordadas y nos toca abrir huella. 






Un rápel de 15 metros nos deposita en un colladito. El refugio parece cerca, pero nada de eso; un continuo sube y baja por terreno mixto enlentece la marcha. La vista de nuestro próximo objetivo para mañana, la Aiguille de Bionnassay, de 4.052, nos motiva para llegar pronto y descansar el máximo posible. 





A las 12:00 llegamos al refugio Durier, una caja de lata auténtico nido de águilas a 3.370 m. Entro. No hay nadie. Veo alguien durmiendo arriba que levanta la cabeza. “Vous êtes le gardien ?.”, pregunto. “Ouai, je crois”, contesta y sonríe. Es una joven y simpática guarda que nos recibe hospitalariamente. Su cara quemada por el sol indica que lleva tiempo en este lugar. Poco a poco llegan el resto de cordadas, hasta completar 23 personas en el pequeño refugio. 



Toca sestear al sol. A las 18:30 una apetitosa cena y ya a las 20 h nos ponemos a dormir, porque a las 3:00 h tenemos el desayuno.
A las 2:50 suena el despertador, y tras un breve y escaso desayuno, nos ponemos en marcha. Ya hay cuatro cordadas que nos preceden en la noche, totalmente estrellada. Sólo se oyen el sonido de los crampones en la nieve helada y el tintineo del material que cuelga del arnés. 



Pronto adelantamos a los dos guías franceses del matrimonio, y a otro guía italiano muy simpático. Delante va un veterano guía de Chamonix con su cliente, quienes han salido a toda pastilla. La ascensión se realiza por la elegante arista Suroeste, y comienza con pendientes alrededor de 40 grados, alcanzando un par de hombros para buscar una fina arista horizontal, que conduce al cabo de un par de horas al tramo clave de la ascensión. Se trata de un bastión rocoso de unos 150  m de largo que hay que escalar, con largos entre el III y el IV grado. Tras una expuesta travesía llegamos al inicio del primer largo del espolón de roca, todavía de noche. Tenemos la cordada del veterano delante, pero pronto se alejan de la primera reunión. Me quedo con el primer largo. 




No nos sacamos los crampones porque la roca esta verglaseada. Empiezo a subir con delicadeza. La roca no es mala, pero el itinerario hay que intuirlo, porque no hay expansiones ni pitones que indiquen el camino. Tras unos metros de III+ con paso de IV, oigo un grito de Jose Soler pidiendo que monte reunión, porque la cuerda se acaba. Monto una con 2 aliens en la oscuridad. Abajo ya se ha formado un tapón con las cordadas que esperan su turno. 




Al llegar Jose S la claridad del alba nos permite ver que me he quedado a unos 10 metros de una reunión montada: gajes de llevar una cuerda de 30 m !. Los  siguientes dos largos los abre mi compañero, con pasos de dificultad similar y de autoprotección. Rápidamente vamos subiendo, pero diversas cordadas nos adelantan. No pasa nada. Hay que disfrutar. 







Al cabo de una hora llegamos al tramo de arista final y ya a las 7:00 hacemos cima en la Aiguille de Bionnassay, a 4.052 m !. Uno de los jóvenes guías franceses nos hace las fotos de cima. Hemos hecho un tiempo de 3h 30 m, por debajo de lo que marcan las reseñas.




Ahora toca uno de los tramos más espectaculares del macizo, la bajada de la arista Este hacia el Col de Bionnassay, famosa por sus cornisas, y que suele estar helada. Además suele ser tan estrecha que muchos la bajan a caballo, como hicieron los primeros que la recorrieron en el año 1.864.  Pero nosotros la encontramos en excelentes condiciones y con una buena traza. Pronto llegamos al collado y remontamos hacia el Pitón de los Italianos, y a las 9:00 alcanzamos el Dome de Gouter.






Toca decidir si ya bajamos al refugio de Gouter dando por finalizada la actividad, o continuamos al Montblanc por la elegantísima arista de les Bosses. Está claro. No podemos desaprovechar esta oportunidad, y aunque será mi cuarta cima al Monarca, nos sentimos con fuerzas para completar la travesía integral. Yo ando más justito de fuerzas y me pongo delante para llevar un ritmo más pausado. Jose S. está supermotivado y me apremia a acelerar, con escaso éxito. 









Sin prisa pero sin pausa vamos ganando metros y a las 11:00 hacemos cima en el Montblanc !. Que contentos estamos !.





La siguiente decisión es por donde bajar. Si lo hacemos por Gouter será más relajado, con refugios intermedios, y además el coche nos quedará más cerca. Si lo hacemos por la ruta de los tres montes, la de los 4.000, habremos completado la Travesía integral de la Bionnassay-Montblanc de la forma más elegante posible. Nos decantamos por la segunda opción. De forma rápida descendemos la pirámide somital. Ya en el col de la Brenva vemos un helicóptero que se lleva a 3 alpinistas, uno de ellos parece que está mal.




Llegamos al Col Maudit y toca el último gran escollo de la actividad. Hay que descender unos 100 m por pendientes de 55 grados, pero no tenemos cuerda suficiente para rapelar y ejecutamos el plan previsto. Desciendo a Jose S. hasta una reunión intermedia en una roca, y luego destrepo mientras Jose me asegura desde abajo. En el siguiente descenso lo hacemos al revés y es él quien destrepa, con la adrenalina disparada, y la rimaya con sus fauces abiertas debajo. Las cordadas superiores rapelan sin ningún miramiento echándonos bloques de nieve, lo que supone un gran peligro para nosotros. Grito que tengan cuidado, y al fin esperan a que bajemos. 





Lo que queda ya es fácil. Las últimas fuerzas que nos quedan se evaporan para alcanzar el hombro del Montblanc de Tacul, y después de bajar unos 500 m llegamos al Col du Midi, que se convierte en un horno para nosotros, especialmente para mi compañero, al que la deshidratación está pasando factura. La subida al teleférico de l’Aiguille de Midi supone una tortura interminable, y a las 16:30 llegamos por fin a la galería de entrada a las instalaciones, después de 13 horas y más de 2.000 m de desnivel positivo acumulados en el día, y unos 5.000 m en los 3 días de la actividad. Qué cansados, pero qué satisfechos !. 






La puerta al reino de los sueños
Ya a la noche para el homenaje de la cena, y antes de encontrarnos a Antonio de Cordada, al pasar por la plaza de Chamonix, observamos los carteles de los ganadores del Piolet de Oro del 2013, que este año han sido para los seis nominados. Una actividad me llama la atención por su dureza y compromiso, la cara SO al Kamet, de 7.765 m, en la India, una vía de 2.000 m ED-, 90º y V+, que hicieron en 5 días. Dos de las caras del equipo nos resultan familiares, las de Sébastien Moatti y Sébastien Ratel. Son los dos jóvenes guías franceses con los que hemos compartido esta maravillosa actividad!. No me extraña que nos adelantasen en el espolón de la Bionnassay !.

Todas las fotos en
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Un abrazo a todos y gracias por dejarme compartir mis aventuras,
    Jose Bermudo
    www.cordada.org

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