Crónicas pretéritas: Odisea en el Corredor Central al Roc del Boc
Texto original en http://www.cordada.org/piada Roc del Boc
Zona: Pirineos Franceses: Cerdanya
Altura: 2.784 m
Desnivel: 300 m
Orientación: Oeste
Grado: D
Material: 2 cuerdas de 60 m, friends variados, tascones, pitones , crampones y piolets
Fecha: 30.12.2011
Texto original en http://www.cordada.org/piada Roc del Boc
Zona: Pirineos Franceses: Cerdanya
Altura: 2.784 m
Desnivel: 300 m
Orientación: Oeste
Grado: D
Material: 2 cuerdas de 60 m, friends variados, tascones, pitones , crampones y piolets
Fecha: 30.12.2011
El Corredor Central al Roc del Boc es una vía de alpinismo bastante frecuentada de la Cerdanya Francesa, situada en el bello rincón de La Malaza. Con unos 300 m de recorrido, alterna resaltes de hielo y tramos empinados de nieve, con algún tramo de mixto no muy difícil. Las primeras reuniones están perfectamente equipadas, lo cual hace más extrañas las decisiones que tomamos ese día previo al fin de año de 2011. De todas formas, me decido a reproducir el texto íntegro de la aventura que pasamos Toni y yo extraído de la web de Cordada.
" Llega fin de año, y Toni y yo decidimos entrenar un poco de cara al estage que tenemos con Josep el día 2 de enero. La decisión está clara, iremos a la Cerdaña Francesa, al valle de l’Orri de Planes a hacer el corredor central al Roc del Boc. Se trata de una vía de unos 330 m, acotada como D, pero que requiere de aproximación larga y descenso también largo y complejo. Esta vía ya la había intentado 2 veces antes. La primera con Toni, pero un problema con el coche nos hizo retrasar la aproximación y al final no nos metimos. La segunda con Gerard y mi hermano, pero al llegar a pie de vía hacía tanto calor que parecía que íbamos a hacer barranquismo. Esta vez las condiciones parecen buenas. La meteo promete y hemos leído una piada de un francés que la ha hecho hace un par de días.
Así que el 29 de diciembre por la tarde vamos rumbo a Planés (Francia) para dormir en un refugio-albergue muy chulo que hay. El despertador suena a las 5:00 h, y hacia las 6:30, después de acortar un poco con el coche, ya estamos caminando. A las 9:00 llegamos al pie del corredor, donde no parece que haya mucho hielo. El primer largo está además un poco seco, o sea que sacamos las cuerdas de 40 m y todo el material.
Toni abre el primer largo sin problemas. A mí me toca el segundo, que en principio es el más complicado, con un paso de 75º en hielo, el resto a unos 70º. Lo consigo sacar pero monto reunión en un parabolt, que luego resulta no ser la R. Así que Toni acaba el largo con un mixto bastante delicado y monta R. Más tiempo perdido. Ahora viene terreno más fácil, pero hemos perdido mucho tiempo y ha empezado a nevar débilmente. Además la nieve se va acumulando poco a poco, y pequeñas purgas van cayendo de la pared (Scottish conditions!). Proseguimos al ensamble, un pequeño resalte y montamos R antes de la última cascada de unos 65 º. La abro sin problemas, el hielo es bueno y la inclinación moderada. Después más terreno moderado, pero la nieve arriba es inconsistente, y vamos cada vez más lentos. Esto es más largo de lo que pensábamos!. Para asegurar equipamos aunque el terreno sea fácil. Son ya las 15:00 y estamos a punto de llegar al final del corredor, pero nos quedaría hacer la cresta y luego el largo y complejo descenso. El último tramo se hace eterno y tardamos más 2 de horas en acabarlo, con un final en mixto delicado y con nieve barnizando la roca. Montamos R con un par de fisus en una pseudocresta previa a la cresta.
Cojo el material y voy rumbo a la cresta que nos llevará a la cima. Está a punto de anochecer y hay que darse prisa. Al menos ha dejado de nevar, pero la ventisca en esta cara nos golpea sin compasión. Cuando empiezo la cresta, no sé si por el cansancio, el miedo que se haga de noche o la combinación de frío y ventisca, lo que observo con las últimas luces me parece aterrador, y observo una cresta superafilada, totalmente en mixto y que acaba en un espolón más vertical que seguro atacaremos de noche. Le grito a Toni que no lo tengo claro. Toni me convence que el corredor que está a nuestra derecha deber ser el corredor de la S y que nos llevará abajo, y que podemos bajar por ahí. Las ganas de que tenga razón hace que acepte su propuesta. Desciendo otra vez hasta la R, y me descuelga al inicio del corredor. El rapela abandonando los 2 fisus.
Iniciamos el descenso desencordados, nada difícil, de unos 45 a 50º de inclinación, pero ya totalmente de noche. Esto parece que marcha y hoy mismo estaremos en casita . A la que Toni, que va delante, al cabo de 1 hora, ve que el terreno se pone más vertical. Montamos R con 2 pitones, y le desciendo a ver que hay. Con su superfrontal, observa un precipicio inhumano. Esto no es la vía de la S !. Remontamos otra vez el corredor. Llegamos otra vez al mismo lugar pero ya son las 20 h y la ventisca continúa. Discusión: Toni dice que hay que afrontar la cresta, y yo le digo que es una locura y que es mejor buscar un resguardo, llamar al 112 y esperar a que se haga de día para un rescate. Llamo al 112 pero la cobertura es tan escasa que solo puedo pronunciar “tenemos problemas en la montaña” y la llamada se corta, lo intento una segunda vez y vuelve a ocurrir lo mismo: No hay cobertura desde dentro de esta canal!.
Toni no se ve capaz de aguantar toda la noche quieto, hace mucho viento y sugiere que hay que moverse hacia la cima, pues es el pre-requisito para bajar, que quiere empezar a abrir él la cresta (claro, él no la visto de día!). Le hago caso a regañadientes y le paso el material. Gran decisión.
Como ya se ha hecho de noche, ya no hay prisa, y nos tomamos todo el tiempo del mundo equipando la cresta y montando reuniones a destajo. Mejor estar toda la noche en movimiento que llegar a un sitio y tener que esperar. Otro problema inesperado: mi frontal se está quedando sin pilas (mierda!, las cambié ayer, debían estar usadas!). Toni ha cogido la iniciativa y está motivado, así que se hace cargo de la cresta. Las horas pasan volando (ahora mejor así!). De repente llegamos al muro que yo vi antes. Parece difícil. Por la izquierda imposible, hay un precipicio, y por la derecha otro. Le digo a Toni: bien intenta, pero si no lo ves claro, esperamos en esta repisa hasta que se haga de día. De repente mi frontal se apaga. Conseguimos que se encienda pero solo ilumina unos 4 metros. Toni resuelve el paso y proseguimos. Afortunadamente, si vamos por la izquierda de la cresta (cara este), la ventisca desaparece pero a la que pasamos al otro lado, es insoportable (pues viene del oeste y sube la montaña), y como llevo tridedos, necesito sacármelos para las maniobras, y tengo los dedos casi congelados. Del litro que llevaba de agua, sólo me he bebido la mitad y el otro debe estar congelado en la mochila.
Al final, a las 3:30h de la madrugada llegamos a la cima del Roc del Boc, coronada por una pequeña cruz, a casi 2.800 m. Ahora solo toca seguir la carena, hasta el paso del Violoncelo, rapelar 20 m y llegar a un collado por el que bajar. Como yo había estado antes aquí, Toni me pregunta por donde es. Pero no tengo la más remota idea. De aquello hace ya 10 años, era verano, de día y no había nieve. Con el super-frontal de Toni vemos multitud de aristas que bajan de la cima y nos confunden por completo, está claro: es un terreno complejo. Decidimos bajar un poco hacia el Sureste, pues parece que hay unos diedros que pudieran ser los de bajada. Pero nada. No encontramos la instalación de rápel. Seguimos debatiendo y buscando. Que si bajar a toda costa, que si buscar el rapel como sea; pero estamos en la cara Oeste, donde da el viento, y creo que bajar a saco es peligroso. Optamos por subir otra vez a la cima y esperar a que se haga de día, pues son ya las 5 y nos quedan solo 3 horas de noche.
Una vez en la cima intentamos llamar al 112 para que preparen el rescate por si no lo vemos claro cuando se haga de día. Pero maldición: la llamada no cursa!!. Optamos por llamar a Josep para que nos ayude, ya sea mirando la bajada por Internet o llamando a los servicios de rescate, pero pensamos que es muy pronto y que lo intentaremos más tarde. Optamos por la opción “Noche Bonatti”, osease, cavamos una bañera en la nieve semiprotegidos por unas pequeñas rocas. Nos pasamos media hora para cavar la bañera, cuanto más tiempo cavando mejor…Nos atamos con cuerdas desde la cruz, nos ponemos las mantas térmicas y nos sentamos apretados uno junto al otro encima de las mochilas. Hace 1 hora que ha empezado a nevar otra vez y Toni se pone el gore. Saco la otra botella de agua, y…. un cubito. Ahora la ventisca azota también la cara E donde estamos y cada azote es como una bofetada en la cara. Al cabo de 1 hora estamos helados y tiritando más que nunca. Hay que moverse. Así que empezamos a dar vueltas alrededor de la cruz, nos abrazamos, nos damos masajes y cada tanto volvemos a nuestra bañera a refugiarnos de la ventisca.
A eso de las 7, Toni apaga y vuelve a encender el móvil, elige operador manualmente, a ver si reactiva la cobertura y, Eureka!. Toca el comodín de la llamada a Josep: hablamos con él. Lo mirará por internet a ver cuál es la mejor bajada. Acto seguido llamada al 112 francés. Tras 2 intentos hablamos con la operadora. En 15 minutos nos volverá a llamar para explicar el plan. Hay que estar en la cima con la ventisca porque solo ahí hay cobertura, y nos turnamos entre la cima y la bañera más protegida del viento. Nos llaman y nos comentan que van a enviar un helicóptero, pero le digo que las condiciones son de nieve, viento y niebla, y que dudo que el helicóptero pueda llegar. Me pregunta si veo las luces del pueblo de Planès desde aquí: negativo. Otro rato a esperar otra llamada. Al final a las 8h, nos vuelven a llamar y nos pasan con el servicio de rescate de montaña: el plan son 2 equipos de rescate, uno en helicóptero, y otro a pie de 2 personas que subirán a cima y nos guiarán en la bajada, por si el helicóptero no consigue llegar. Después llamada de Josep, quien nos indica una posible vía de bajada, con un rápel de 55 m, pero nuestras cuerdas son de 40. Más xerrada con Josep pero no lo vemos claro. Nos llamará un amigo de Josep, Héctor, con quien han quedado esa mañana para esquiar. Héctor es del GRAE y les contamos que estamos temblando, sugiere que nos vayamos moviendo hasta que acuda el rescate (eso ya lo estamos haciendo pues en la bañera quietos era peor).
Por fin amanece a las 8:15h. La visibilidad no es buena , pero a medida que se hace de día vamos descubriendo un paisaje complejo con múltiples aristas, y múltiples zonas para bajar. Toni saca la Brújula y la orienta a la arista Sur-SurOeste que le ha sugerido Josep por teléfono, en teoría habría que bajar hasta la cota 2662m. No lo vemos claro, tenemos miedo de volvernos a liar y esta vez no aguantaríamos demasiadas horas, si nos equivocamos sería una tortura. Hay un momento que nos disponemos a bajar para poner fin a la agonía de los temblores, queremos entrar en calor. De repente, a las 09:15h, oímos un helicóptero, varias veces se acerca y se aleja durante media hora, pero no aparece, no se hace visible en ningún momento. Está claro que lo está intentando, pero obviamente no puede, pues no para de nevar y de hacer viento. Me imagino que igual lo están utilizando para acercar a los rescatadores de a pie (efectivamente era así). Como el comodín del público no se puede utilizar, usamos el del 50%. Qué hacemos?. Última decisión: ¿Esperamos 2 horas a que lleguen, con riesgo de que nos quedemos ya pajaritos?, o ¿intentamos una bajada guiándonos de las indicaciones de Josep y de la intuición ?. Le digo a Toni: “Si nos volvemos a equivocar en la bajada, y encima los rescatadores no nos encuentran, imposible aguantar otra noche aquí”.
Como hemos dejado de oír el helicóptero, Toni llama al teléfono de rescate en montaña, pues ha quedado marcado en el móvil, para asegurarse de que vendrá alguien, no sea que esperemos las uvas aquí sentados. Le dicen que el helicóptero no puede acercarse a la cima (mala visibilidad) pero que ha dejado a los rescatadores en el valle y que suben por el corredor de la S en el lado sur. Toni les dice que no tarden pues estamos sufriendo bastante de frio y que hemos tomado la decisión de esperarles en la cima. Así que acordamos quedarnos en la cima. Al final, hacia las 11:00h, milagro!, vemos como suben 3 personas, y bajamos al encuentro de nuestros rescatadores. Nos ofrecen té y comida que devoramos. Son de la Gendarmerie de Ocejà, del cuerpo de rescate de alta montaña. Nos preguntan por nuestro estado de salud: la respuesta es simple “Mucho frío”.
Cojo el material y voy rumbo a la cresta que nos llevará a la cima. Está a punto de anochecer y hay que darse prisa. Al menos ha dejado de nevar, pero la ventisca en esta cara nos golpea sin compasión. Cuando empiezo la cresta, no sé si por el cansancio, el miedo que se haga de noche o la combinación de frío y ventisca, lo que observo con las últimas luces me parece aterrador, y observo una cresta superafilada, totalmente en mixto y que acaba en un espolón más vertical que seguro atacaremos de noche. Le grito a Toni que no lo tengo claro. Toni me convence que el corredor que está a nuestra derecha deber ser el corredor de la S y que nos llevará abajo, y que podemos bajar por ahí. Las ganas de que tenga razón hace que acepte su propuesta. Desciendo otra vez hasta la R, y me descuelga al inicio del corredor. El rapela abandonando los 2 fisus.
Iniciamos el descenso desencordados, nada difícil, de unos 45 a 50º de inclinación, pero ya totalmente de noche. Esto parece que marcha y hoy mismo estaremos en casita . A la que Toni, que va delante, al cabo de 1 hora, ve que el terreno se pone más vertical. Montamos R con 2 pitones, y le desciendo a ver que hay. Con su superfrontal, observa un precipicio inhumano. Esto no es la vía de la S !. Remontamos otra vez el corredor. Llegamos otra vez al mismo lugar pero ya son las 20 h y la ventisca continúa. Discusión: Toni dice que hay que afrontar la cresta, y yo le digo que es una locura y que es mejor buscar un resguardo, llamar al 112 y esperar a que se haga de día para un rescate. Llamo al 112 pero la cobertura es tan escasa que solo puedo pronunciar “tenemos problemas en la montaña” y la llamada se corta, lo intento una segunda vez y vuelve a ocurrir lo mismo: No hay cobertura desde dentro de esta canal!.
Toni no se ve capaz de aguantar toda la noche quieto, hace mucho viento y sugiere que hay que moverse hacia la cima, pues es el pre-requisito para bajar, que quiere empezar a abrir él la cresta (claro, él no la visto de día!). Le hago caso a regañadientes y le paso el material. Gran decisión.
Como ya se ha hecho de noche, ya no hay prisa, y nos tomamos todo el tiempo del mundo equipando la cresta y montando reuniones a destajo. Mejor estar toda la noche en movimiento que llegar a un sitio y tener que esperar. Otro problema inesperado: mi frontal se está quedando sin pilas (mierda!, las cambié ayer, debían estar usadas!). Toni ha cogido la iniciativa y está motivado, así que se hace cargo de la cresta. Las horas pasan volando (ahora mejor así!). De repente llegamos al muro que yo vi antes. Parece difícil. Por la izquierda imposible, hay un precipicio, y por la derecha otro. Le digo a Toni: bien intenta, pero si no lo ves claro, esperamos en esta repisa hasta que se haga de día. De repente mi frontal se apaga. Conseguimos que se encienda pero solo ilumina unos 4 metros. Toni resuelve el paso y proseguimos. Afortunadamente, si vamos por la izquierda de la cresta (cara este), la ventisca desaparece pero a la que pasamos al otro lado, es insoportable (pues viene del oeste y sube la montaña), y como llevo tridedos, necesito sacármelos para las maniobras, y tengo los dedos casi congelados. Del litro que llevaba de agua, sólo me he bebido la mitad y el otro debe estar congelado en la mochila.
Al final, a las 3:30h de la madrugada llegamos a la cima del Roc del Boc, coronada por una pequeña cruz, a casi 2.800 m. Ahora solo toca seguir la carena, hasta el paso del Violoncelo, rapelar 20 m y llegar a un collado por el que bajar. Como yo había estado antes aquí, Toni me pregunta por donde es. Pero no tengo la más remota idea. De aquello hace ya 10 años, era verano, de día y no había nieve. Con el super-frontal de Toni vemos multitud de aristas que bajan de la cima y nos confunden por completo, está claro: es un terreno complejo. Decidimos bajar un poco hacia el Sureste, pues parece que hay unos diedros que pudieran ser los de bajada. Pero nada. No encontramos la instalación de rápel. Seguimos debatiendo y buscando. Que si bajar a toda costa, que si buscar el rapel como sea; pero estamos en la cara Oeste, donde da el viento, y creo que bajar a saco es peligroso. Optamos por subir otra vez a la cima y esperar a que se haga de día, pues son ya las 5 y nos quedan solo 3 horas de noche.
Una vez en la cima intentamos llamar al 112 para que preparen el rescate por si no lo vemos claro cuando se haga de día. Pero maldición: la llamada no cursa!!. Optamos por llamar a Josep para que nos ayude, ya sea mirando la bajada por Internet o llamando a los servicios de rescate, pero pensamos que es muy pronto y que lo intentaremos más tarde. Optamos por la opción “Noche Bonatti”, osease, cavamos una bañera en la nieve semiprotegidos por unas pequeñas rocas. Nos pasamos media hora para cavar la bañera, cuanto más tiempo cavando mejor…Nos atamos con cuerdas desde la cruz, nos ponemos las mantas térmicas y nos sentamos apretados uno junto al otro encima de las mochilas. Hace 1 hora que ha empezado a nevar otra vez y Toni se pone el gore. Saco la otra botella de agua, y…. un cubito. Ahora la ventisca azota también la cara E donde estamos y cada azote es como una bofetada en la cara. Al cabo de 1 hora estamos helados y tiritando más que nunca. Hay que moverse. Así que empezamos a dar vueltas alrededor de la cruz, nos abrazamos, nos damos masajes y cada tanto volvemos a nuestra bañera a refugiarnos de la ventisca.
A eso de las 7, Toni apaga y vuelve a encender el móvil, elige operador manualmente, a ver si reactiva la cobertura y, Eureka!. Toca el comodín de la llamada a Josep: hablamos con él. Lo mirará por internet a ver cuál es la mejor bajada. Acto seguido llamada al 112 francés. Tras 2 intentos hablamos con la operadora. En 15 minutos nos volverá a llamar para explicar el plan. Hay que estar en la cima con la ventisca porque solo ahí hay cobertura, y nos turnamos entre la cima y la bañera más protegida del viento. Nos llaman y nos comentan que van a enviar un helicóptero, pero le digo que las condiciones son de nieve, viento y niebla, y que dudo que el helicóptero pueda llegar. Me pregunta si veo las luces del pueblo de Planès desde aquí: negativo. Otro rato a esperar otra llamada. Al final a las 8h, nos vuelven a llamar y nos pasan con el servicio de rescate de montaña: el plan son 2 equipos de rescate, uno en helicóptero, y otro a pie de 2 personas que subirán a cima y nos guiarán en la bajada, por si el helicóptero no consigue llegar. Después llamada de Josep, quien nos indica una posible vía de bajada, con un rápel de 55 m, pero nuestras cuerdas son de 40. Más xerrada con Josep pero no lo vemos claro. Nos llamará un amigo de Josep, Héctor, con quien han quedado esa mañana para esquiar. Héctor es del GRAE y les contamos que estamos temblando, sugiere que nos vayamos moviendo hasta que acuda el rescate (eso ya lo estamos haciendo pues en la bañera quietos era peor).
Por fin amanece a las 8:15h. La visibilidad no es buena , pero a medida que se hace de día vamos descubriendo un paisaje complejo con múltiples aristas, y múltiples zonas para bajar. Toni saca la Brújula y la orienta a la arista Sur-SurOeste que le ha sugerido Josep por teléfono, en teoría habría que bajar hasta la cota 2662m. No lo vemos claro, tenemos miedo de volvernos a liar y esta vez no aguantaríamos demasiadas horas, si nos equivocamos sería una tortura. Hay un momento que nos disponemos a bajar para poner fin a la agonía de los temblores, queremos entrar en calor. De repente, a las 09:15h, oímos un helicóptero, varias veces se acerca y se aleja durante media hora, pero no aparece, no se hace visible en ningún momento. Está claro que lo está intentando, pero obviamente no puede, pues no para de nevar y de hacer viento. Me imagino que igual lo están utilizando para acercar a los rescatadores de a pie (efectivamente era así). Como el comodín del público no se puede utilizar, usamos el del 50%. Qué hacemos?. Última decisión: ¿Esperamos 2 horas a que lleguen, con riesgo de que nos quedemos ya pajaritos?, o ¿intentamos una bajada guiándonos de las indicaciones de Josep y de la intuición ?. Le digo a Toni: “Si nos volvemos a equivocar en la bajada, y encima los rescatadores no nos encuentran, imposible aguantar otra noche aquí”.
Como hemos dejado de oír el helicóptero, Toni llama al teléfono de rescate en montaña, pues ha quedado marcado en el móvil, para asegurarse de que vendrá alguien, no sea que esperemos las uvas aquí sentados. Le dicen que el helicóptero no puede acercarse a la cima (mala visibilidad) pero que ha dejado a los rescatadores en el valle y que suben por el corredor de la S en el lado sur. Toni les dice que no tarden pues estamos sufriendo bastante de frio y que hemos tomado la decisión de esperarles en la cima. Así que acordamos quedarnos en la cima. Al final, hacia las 11:00h, milagro!, vemos como suben 3 personas, y bajamos al encuentro de nuestros rescatadores. Nos ofrecen té y comida que devoramos. Son de la Gendarmerie de Ocejà, del cuerpo de rescate de alta montaña. Nos preguntan por nuestro estado de salud: la respuesta es simple “Mucho frío”.
Son dos rescatadores (Ben y Bernard) y Maurice, un aperturista de la zona que les ha acompañado para guiarles por el corredor más rápido para llegar al la cumbre. Maurice lleva dos termos de té caliente! Sabe delicioso.
Hacia las 12:00, ya más abajo, después de varios rápeles montados sobre la marcha gracias a las indicaciones de Maurice, el helicóptero nos iza uno a uno y nos lleva al extremo norte del valle, donde los gendarmes tienen el jeep. Ya a las 13:00 estamos en el coche, fotos de rigor, más té y vuelta a casa, pensando en los errores cometidos.
Fotos realizadas por los gendarmes
Hay que ver la solidaridad de esta gente que un sábado 31 de diciembre vienen a rescatar a dos catalanets. El trabajo de los gendarmes: IMPECABLE, la solidaridad de Maurice: INCREIBLE.
Hasta la próxima y mucho cuidado con la montaña!,
Jose y Toni"
Jose y Toni"